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Ingenieros trabajan en sensor comestible para controlar la salud humana

Los avances en la medicina en ocasiones suelen ser lentos por los intensos experimentos y pruebas que se deben realizar antes de ser aprobados, pero ahora en un futuro cercano las calcomanías electrónicas comestibles podrán ayudar a controlar la salud.

Un grupo de ingenieros desarrollaron una tecnología que permite imprimir dispositivos electrónicos biocompatibles en una impresora de inyección de tinta y aplicarlos a medicamentos o alimentos como si fuera un tatuajes de transferencia de agua.

Ingenieros dirigidos por Giorgio Bonacchini, del Instituto Italiano de Tecnología han desarrollado un dispositivo que permite crear sensores flexibles y seguros para las personas, que se pueden aplicar directamente a las cápsulas médicas o incluso a los alimentos, señala MIT Technology Review.

La idea es crear sensores a partir de varias capas y lo mostraron usando el ejemplo de transistores de efecto de campo flexible.

La base de este dispositivo es una película de etilcelulosa, conocida como aditivo alimentario E462. En él, una impresora de inyección de tinta imprime el canal y la fuente de nanopartículas de plata, que luego se sinterizan directamente sobre la película, y el canal del transistor consiste en un polímero semiconductor.

Esta capa se recubre nuevamente con una película de etilcelulosa, sobre la que se aplica un obturador fabricado con las mismas nanopartículas.

Para que los dispositivos se puedan aplicar fácilmente a otros objetos, se usó papel para tatuajes de transferencia. Esta se adjunta a la película de etilcelulosa con una capa de almidón antes de la impresión de los componentes electrónicos. Después de crear la película-sensor, esta se coloca sobre el objeto, se moja y se despega la capa de papel.

Los investigadores probaron esta técnica pegando una película con transistores en una cápsula de gelatina para medicinas.

Este tipo de circuitos también permitirían monitorizar el estado de maduración de una fruta y determinar si los productos perecederos todavía son comestibles. También podrían servir para administrar fármacos a pacientes, en circunstancias específicas, y participar en labores de ensayos clínicos dentro del tracto digestivo.

Uno de puntos a trabajar es el de las baterías comestibles que podrían proporcionar la energía para este tipo de circuitos. También harán falta ensayos clínicos para garantizar la biocompatibilidad.

NTX/I/GBM/JEH

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